jueves, 3 de octubre de 2013

¡Tengamos en cuenta al incentivar la lectura!


Derechos del niño en torno al Libro y la Lectura.

Artículo 1.

El niño tiene derecho al goce y felicidad en la lectura y con los libros.

¡Que nadie dañe ni pervierta este vínculo!

Y que, cuando aún habita en el vientre materno, su madre y, ojalá,
su padre, le lean y narren cuentos además  de acariciarle con honda ternura.
Repetirle  rimas, musitarle poemas y retahílas,

Artículo 2.

El niño tiene derecho a que los adultos en casa,  en la escuela o en cualquier otro lugar le leamos en voz alta los pasajes de los libros que más  le apasionen. 

Y que al hacerlo la palabra sea hermosa, expresiva, radiante.

 Que la voz de los maestros al leer adquiera diversas resonancias y matices.
A que cada personaje de los cuentos  tenga su propia inflexión.

Y aquella voz del narrador sea hechicera: a ratos de trueno, a veces apacible, según convenga al relato.

Artículo 3.

El niño tiene derecho a reclamar y exigir que los libros sean prodigios amuletos, talismanes. Que sirvan para enamorar y enamoren. Que nos hablen de asuntos trascendentes. Que la maravilla esté contenida en ellos. Que sean gratos para pasar las mejores horas de nuestras vidas extasiados en sus hojas, subidos en lo más alto de los mástiles de las mejores naves, inhiestas y bizarras.

Artículo 4.

El niño tiene derecho a que la biblioteca escolar sea primorosa. Que en ella haya dejado impresas sus alas las mariposas, las luciérnagas y colibríes.

Que las personas que allí atienden tengan luz y fulgor en el alma y los ojos, porten alas y vistan colas  de peces.

Que se enamoren de los niños lectores a quienes repartan flores. Y no les hagan llenar fichas ni papeletas.




 

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