sábado, 18 de junio de 2011

LAS FÀBULAS DESPIERTAN NUESTRA IMAGINACIÒN

LA ZORRA Y LA PANTERA

Disputaban otro día la zorra y la pantera acerca de su belleza.
La pantera alababa muy especialmente los especiales pintados de su piel.
Replicó entonces la zorra diciendo:
-- ¡Mucho más hermosa me considero yo, no por las apariencias de mi cuerpo, sino más bien por mi espíritu!

Las cualidades del espíritu son preferibles a las del cuerpo.

LA RANA GRITONA
Oyó una vez un león el croar de una rana, y se volvió hacia donde venía el sonido, pensando que era de algún animal muy importante.
Esperó y observó con atención un tiempo, y cuando vio a la rana que salía del pantano, se le  acercó y la aplastó diciendo:
-- ¡ Tú, tan pequeña y lanzando esos tremendos gritos !

Quien mucho habla, poco es lo que dice.



EL RUISEÑOR Y EL GAVILÀN

Seguro de su próxima muerte, el ruiseñor le rogó que le soltara, diciéndole que con sólo él no bastaría para llenar su vientre, y que si en verdad tenía hambre, debería de apresar a otros más grandes. El gavilán le repuso:
-- Necio sería si te oyera y dejara escapar la presa que tengo, por ir a buscar a la que ni siquiera he visto.

No dejemos los bienes que ya tenemos, por ilusiones que ni siquiera divisamos.




EL BUEY Y EL MOSQUITO
En el cuerno de un buey se posó un mosquito.
Luego de permanecer allí largo rato, al irse a su vuelo preguntó al buey si se alegraba que por fin se marchase.
El buey le respondió:
-- Ni supe que habías venido. Tampoco notaré cuando te vayas.

Pasar por la vida, sin darle nada a la vida, es ser insignificante.



LOS CARACOLES

El hijo de un labrador se hallaba tostando unos caracoles.
Oyéndoles crepitar dijo:
-- ¡ Ah miserables animalejos, están sus casas  ardiendo, y aún cantan ! --
  
Hacer las cosas fuera del tiempo o lugar que les corresponde, no es nada inteligente.
  


Subido en un alto roble, un ruiseñor cantaba como de costumbre. Lo vio un gavilán hambriento, y lanzándose inmediatamente sobre él, lo apresó en sus garras.